México apunta a menor déficit presupuestario y a mayores ingresos fiscales en 2026


Maya Averbuch y Alex Vasquez

El gobierno mexicano busca reducir su déficit presupuestario el próximo año en comparación con los gastos de este año, según su plan oficial de gastos.

El plan presupuestario anunciado por el jefe de Hacienda de la presidenta Claudia Sheinbaum el lunes por la noche se produce en un momento en que el crecimiento económico se ha enfriado y las políticas comerciales de Estados Unidos siguen alimentando la incertidumbre.

El plan también reduce la previsión de crecimiento económico de México para 2025 a no más del 1,5% del producto interno bruto, aunque prevé una expansión de entre el 1,8% y el 2,8% para el próximo año.

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El plan de 93 páginas muestra que la administración de Sheinbaum se fijará como objetivo un déficit presupuestario del 4,1% del producto interno bruto para el próximo año, superior al máximo del 3,5% del PIB estimado en una propuesta preliminar publicada en abril, según el plan que el secretario de Hacienda, Edgar Amador, presentó formalmente al Congreso.

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El déficit presupuestario del gobierno para 2025 será del 4,3% del PIB.

En un breve discurso, Amador aseguró ante los legisladores que en 2025 y 2026 el gobierno seguirá con la ruta de consolidación fiscal, al tiempo que advirtió que el complejo entorno internacional obliga a mantener un balance entre disciplina presupuestaria y estímulo a la economía.

Destacó que el gobierno también prevé una mejora en la recaudación de impuestos el próximo año. Esto incluye la digitalización y la ampliación de la base impositiva, así como un aumento de los impuestos sobre las bebidas azucaradas y el tabaco. En el documento también se señaló una revisión no especificada del impuesto general sobre las importaciones.

Aunque es mayor que su previsión anterior, el déficit presupuestario del próximo año refleja el esfuerzo continuo de Sheinbaum por controlar el gran déficit que heredó de su predecesor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien acumuló un déficit del 5,7% del PIB para completar proyectos emblemáticos de obras públicas durante su último año en el poder.

Ese presupuesto de 2024 generó el mayor déficit fiscal del gobierno mexicano desde la década de 1980.

Excluyendo los pagos de la deuda, la Secretaría de Hacienda de Sheinbaum mantuvo su previsión de un superávit fiscal primario del 0,5% del PIB para el próximo año, por encima del superávit fiscal del 0,2% previsto para este año.

El gobierno también recortó su previsión de crecimiento económico para este año, a medida que la segunda economía de América Latina sigue amenazada por la posibilidad de que el presidente Donald Trump imponga costosos aranceles.

México está mejor posicionado que otras naciones en la guerra comercial de Trump, ya que la mayoría de sus exportaciones están cubiertas por un pacto comercial regional que las protege de los aranceles. Sin embargo, Sheinbaum no ha podido convencer a su homólogo estadounidense de que reduzca los gravámenes del 25% sobre los productos no incluidos en el acuerdo.

Tampoco ha podido evitar los aranceles a las exportaciones mexicanas de automóviles, acero y aluminio a su vecino del norte.

Pero las negociaciones sobre seguridad y la contención del flujo de drogas le han permitido evitar nuevas tensiones.

Crecimiento económico

El proyecto de presupuesto prevé que la economía local crezca entre un 0,5% y un 1,5% este año, frente a la previsión anterior de entre un 1,5% y un 2,3%. Esto coincide aproximadamente con la última estimación del banco central, que prevé un crecimiento del 0,6% para este año.

El presupuesto también incluye 263.500 millones de pesos (US$14.100 millones) para que la petrolera estatal Petróleos Mexicanos cubra el pago de la deuda en 2026. Se prevé que la producción de petróleo de la empresa se mantenga estable en torno a 1,8 millones de barriles diarios el próximo año, con un precio promedio estimado de US$54,9 por barril.

Si los legisladores lo aprueban como se espera, el plan de gastos continuará con los programas sociales populares —entre los que se incluyen un programa de pensiones y ayudas para las mujeres— que, según Amador, se prevé que cuesten el 3% del PIB y lleguen a más de ocho de cada diez familias del país.

El secretario también dijo que el plan eliminaría una deducción tributaria que los bancos pueden aplicar por las contribuciones pagadas al Instituto de Protección de los Ahorros Bancarios (IPAB).

El gobierno prevé que la recaudación fiscal alcance el 15,1% del PIB, frente al 14,8% de este año.



Fuente: www.perfil.com

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